domingo, 7 de abril de 2013

Medio Ambiente en Colombia

Colombia ocupa el segundo lugar en biodiversidad en el mundo y está entre las 12 naciones megadiversas, ya que con una extensión del 0,7 por ciento de la superficie del planeta, alberga alrededor del 10 por ciento de la fauna y flora de la Tierra, según el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt.
Así mismo, nuestro país es el primero en diversidad de aves, porque tiene entre 1.860 y 1.885 especies; y ocupa el primer lugar en especies de orquídeas con 4.010.
De esta esplendorosa belleza hecha flor, en el continente americano existen 11.641 clases, de las cuales el 34,4 por ciento crece en Colombia.
“Teniendo en cuenta esa diversidad colombiana, el 38,5 por ciento, que es más de la tercera parte, no existe en ningún otro lugar del mundo”, destaca el Instituto Alexander von Humboldt.
En cuanto a la diversidad de plantas, el segundo lugar también lo ocupa Colombia porque tiene alrededor de 41.000 clases. Somos el tercer país del mundo en diversidad de reptiles (524 especies) y palmas (231 especies), y el cuarto en diversidad de mamíferos (479 especies).
La patria reconocida por sus esmeraldas también lo es por tener bajo su cielo a 763 clases de anfibios, 1.435 especies de peces dulceacuícolas y 3.273 especies de mariposas.
En esta ‘tierra querida’ vive el 10 por ciento de las especies de mamíferos, el 14 por ciento de las de anfibios y el 18 por ciento de las especies de aves del mundo.
BELLEZA PARA EXPORTACIÓN
La hermosura de las flores colombianas es un aspecto ampliamente conocido en el extranjero, de ahí que su portafolio exportador supere las 50 especies con más de 1.600 variedades, con destino hacia 88 países.
Para Jairo Cadavid, director de Promoción de Asocolflores, la floricultura es el primer renglón de exportaciones agrícolas no tradicionales de Colombia, con ventas que en el 2011 alcanzaron los 1.252 millones de dólares.
LIBRES DE RESIDUOS ELECTRÓNICOS
Una solución concreta para evitar que los desechos peligrosos sean liberados al medio ambiente.
La disposición final de los materiales electrónicos que ya cumplieron su vida útil se ha convertido en una de las preocupaciones más recientes para las compañías.
Reciclar es una alternativa para evitar que objetos como cables, pantallas, teclados, monitores,entre otros, sean enviados a rellenos sanitarios, donde los lixiviados (el líquido resultante de la basura) terminen mezclados con metales pesados, que además de poner en riesgo los ecosistemas, pueden convertirse en un peligro para la salud humana.
“Esta es una iniciativa que está realmente empezando, a la que cada día se suman más organizaciones y personas naturales”, dice Iván Ricardo Gómez, gerente general de Gaira Vitare, una empresa dedicada al tratamiento de residuos de estas características.
Así, recientemente la Gobernación de Cundinamarca, Hewlett Packard y Gaira Vitare se unieron en una alianza para configurar la campaña ‘Conectados con la Tierra’, para hacer la adecuada disposición de los residuos tecnológicos que tiene la administración departamental.
“Ellos se percataron de que tenían más de 4.000 equipos obsoletos, tecnológicamente hablando. Por eso los recogemos adecuadamente”, explica Orlando Molina, Country Manager Hewlett Packard PSG Colombia.
Por su parte, Lenovo desarrolla un programa llamado ‘Eco cómputo’, en el que están involucrados fabricantes y distribuidores mayoristas. “Hacemos la gestión de las actividades que contribuyan a la entrega de esos elementos y en la creación de una conciencia ambiental”, dice Sergio Pérez, gerente de servicios de Lenovo.
PASO A PASO
Los residuos electrónicos, una vez puestos en planta de tratamiento, pasan por un exigente sistema industrial. “El objetivo es ‘reversar’ todo el proceso de fabricación; así, en lugar de incorporar las materias primas, se busca obtenerlas”, indica Gómez.
El primer paso es el desensamble en sus diferentes componentes. Luego se clasifican y se trituran para luego ser usados nuevamente en la fabricación de nuevos productos.
En el caso de los metales, van a procesos de fundición y se entregan, por ejemplo, a las siderúrgicas.
“Los circuitos, los LCD y las baterías pasan por un manejo más especializado. Se derriten los componentes y luego, por un proceso de electrólisis, se van atrayendo por cargas eléctricas, y vuelven a pasar por la fundición para obtener mayor grado de pureza”, dice.
EXÓTICAS FLORES
“Desde hace más de 40 años, Colombia ha logrado consolidarse como el primer proveedor de flores de Estados Unidos y en el segundo exportador mundial.
“Hacia el país del norte se dirige el 76 por ciento de la variedad que se siembra en Cundinamarca, Antioquia y el centro-occidente de Colombia”, destaca Jairo Cadavid, director de Promoción de Asocolflores.



Colombia es un país rico en ecosistemas, fauna y flora. Tiene el número más grande de especies en flora y fauna del planeta. Hay más de 1.800 especies de aves, que van desde el cóndor de los Andes hasta el colibrí. Los jardines botánicos colombianos han clasificado más de 130 mil plantas.
Por su gran biodiversidad natural, Colombia cuenta con plantas y árboles de acuerdo a sus climas y regiones, un ejemplo de ello es que en tierras calientes y de lluvia constante, crecen árboles altos y de follaje siempre verde. Abundan las enredaderas leñosas y las epifitas, es decir, plantas que viven dentro de otras plantas.
En regiones mas húmedas y de mayor extensión selvática, como en la costa del Pacífico, -donde está el departamento del Chocó, la Amazonía, el Catatumbo, el Valle Central del Magdalena y las vertientes bajas de las cordilleras central, oriental y occidental,- la vegetación es numerosa. Hay gran variedad de especies y es rica en árboles que son utilizados por su madera para hacer muebles, como la guadua, pino, cedro, caoba, roble y nogal.
Otra especie de flora que encontramos allí son las plantas medicinales o alimenticias como la quina, higuerón, zarzaparrilla, ipecacuana, el seje, la caraña y el cocotero. Encontramos también plantas que sirven para textiles como la palma de cumare, la pita, jipijapa, el moriche, al igual que el caucho y el balso, entre otras.
En las zonas costeras y en áreas de aguas saladas: crecen los manglares que son comunidades de grandes árboles y arbustos adaptados al medio; se encuentran en el litoral que bordea la llanura del Pacifico en el Golfo de Urabá, en la Ciénaga Grande de Santa Marta y al sur de la bahía de Barbacoas.
En las regiones de clima semi-húmedo, en este tipo de zona, podemos encontrar una estación seca y una lluviosa, como en las llanuras del Caribe y Llanos Orientales. La vegetación de estas zonas está formada principalmente por pastos, con árboles esparcidos y de poca altura y diferentes tipos de cereales que forman matorrales de 1 a 2 metros de altura.
En los Llanos Orientales existe también el bosque de Galería que crece a lo largo de los ríos, con aspecto semejante al de la selva húmeda. Este bosque está compuesto por árboles altos de diferentes especies, entre ellos los morichales.
En las llanuras secas: la flora está constituida por árboles pequeños, arbustos de hojas duras y rígidas, diferentes tipos de cereales y muchas especies de leguminosas adaptadas a la sequedad. En esta zona abundan las plantas espinosas y los cactus, que forman pequeños bosques y matorrales. Este tipo de vegetación se encuentra a lo largo de la región del Caribe, desde el Golfo de Morrosquillo hasta la Guajira, así como en las hoyas de los ríos Chicamocha, Dagua, Patia, Magdalena y en el denominado Valle de las Tristezas y en las mesetas de Mercaderes y Entre Ríos.
Entre las regiones de clima templado y frío: se encuentra un bosque entre las cordilleras Occidental y Central, en él se puede apreciar una gran variedad de especies pero en menor número que en la selva tropical. En estas áreas, los bosques naturales han sido reemplazados por bosques para proteger los cultivos de café, yuca, plátano y pastos.
Pero esta región cuenta con el Bosque de Niebla, caracterizado por árboles de poco tamaño pero numerosos en especie. Los árboles son muy ramificados y colmados de plantas que viven dentro de otras, pero no se alimentan de ellas. Este tipo de vegetación se encuentra en las vertientes montañosas expuestas a lluvias constantes, las cuales son abundantes por ser zonas de aglomeración.
En el páramo, en algunos cerros de Bogotá y en otras regiones del país con este tipo de clima y suelo, su vegetación típica es el frailejón, los arbustos achaparrados y las de diferentes semillas, ya que se adaptan a las bajas temperaturas, a las lluvias y a los vientos fríos.
Bogotá cuenta con El nogal qué es el árbol insignia de la capital, reemplazando el tradicional caucho Sabanero y destacándose por su duración, resistencia a la contaminación y valor paisajístico e histórico. También con la orquídea que aunque es un símbolo colombiano, está en vía de extinción y la ciudad de Bogotá la adoptado para protegerla.

LA LEYENDA DE LA HACIENDA LA YERBABUENA 


Esta Hacienda, muy característica de la Sabana de Bogotá, hacía parte de la Hatogrande en la época colonial. En el año de 1.807, don Lorenzo Marroquín, descendiente de familias españolas muy adineradas, compró el Hatogrande para su familia, convirtiendo esta hacienda en un lugar familiar y patrimonial de la zona. Inicialmente perteneció al municipio de Sopó, pero el hacendado Marroquín pasó los derechos a Chía.
En la guerra de Independencia se consideró que la hacienda Yerbabuena era de realistas. Por ello, los patriotas vencedores en la Batalla de Boyacá estuvieron a punto de secuestrarla, señalándola como un bien de los españoles emigrados a nuestro país. Sin embargo, las influencias de la familia Marroquín no permitieron el secuestro de estas tierras. Para esto tuvieron que entregar 800 cabezas de ganado.
Don Lorenzo Marroquín murió  en Mompós en octubre de 1.819. Su hijo José María Marroquín fue el heredero de todas las propiedades de don Lorenzo, casado con doña Trinidad Ricaurte y Nariño. Ellos fueron los padres del Presidente de Colombia, el escritor y político don José Manuel Marroquín.
Los Misterios de la hacienda Yerbabuena están relacionados con doña Trinidad Ricaurte, quien en la noche del 6 de enero de 1.828, antes de terminar de rezar al lado de su familia, salió de la capilla de la hacienda. Doña Trinidad no regresó a su casa, a pesar de haberla buscado por todas partes.
Pasaron los años y doña Trinidad nunca apareció en Yerbabuena. Algunos decían que se había fugado  con un francés para Europa. Otros afirmaban que se la habían llevado los espíritus malignos, y otros, decían que se había suicidado. Numerosas personas fueron narrando relatos fantásticos. Generalizando el refrán: “eso y lo de Trinidad, se sabrá en la eternidad”.
Desde el siglo diecinueve, se habló de los fantasmas de la hacienda Yerbabuena: el espíritu de doña Trinidad, ruidos extraños, voces de ultratumba y otros que conforman la leyenda de los “misterios de Yerbabuena”.
En las investigaciones sobre las partidas de defunción de Chía en el año de 1.828, se encontró  lo siguiente: “en la parroquia de Chía, el 7 de enero de 1.828, el doctor Luis Marulanda, con licencia, dio sepultura al cadáver de la señora Trinidad Nariño, mujer que fue esposa del señor José María Marroquín. Se halló muerta en una laguna de los potreros de la hacienda de este caballero, con dos heridas en la frente y cara y contuso el hombro derecho; la persona que la registró dijo que su muerte fue caída violenta, que estaba algo demente. Doctor Nepomuceno Manrique”.
La casa de la hacienda ha sido centro de cultura. En el año de 1.851 se fundó el primer colegio campestre para hombres. Posteriormente en 1.878, se fundó un colegio para niñas. En sus actividades teatrales se estrenaron varias comedias.
En esos años se recuerdan los saqueos que se hicieron a la hacienda. En 1.854, el de las tropas del General Melo y posteriormente, en 1.861 el saqueo de las tropas del General Tomás Cipriano de Mosquera. Desde mediados del siglo veinte se ubicó allí el Instituto Caro y Cuervo.
LA MADRE VIEJA 
La punta de la cola se encuentra justamente en el altar de la iglesia de Santa Bárbara. Cuenta la leyenda que cuando la serpiente se remueva, invirtiendo su posición, cuando su enorme cabeza esté en el lugar donde hoy permanece su monumental cola, se produce, inevitablemente, el hundimiento de la Iglesia de Santa Bárbara de Arauca.
Dicen que para sacar la serpiente, hay que tirarle un Viernes Santo un ramal de anzuelos con siete niños sin bautizo. Es frecuente escuchar decir al hombre araucano: "el forastero que bebe de las aguas de la madre vieja, se queda para siempre en Arauca”. Tiene como razón destacar lo acogedora que es esta tierra.
Otra versión, menos difundida, cuenta que en la Laguna de la Madre Vieja, ubicada detrás del Colegio Nacional Simón Bolívar, en Arauca, vive desde hace muchos años un ofidio (culebra) enorme que tiene siete colosales cabezas, una de las cuales, la más grande, está en todo el centro de la laguna.
Las seis cabezas restantes se encuentran repartidas en diferentes lugares de la ciudad. Una en el barrio Unión por toda la avenida León y Valencia. La otra, que es descomunal, se encuentra frente a la base militar. La cuarta cabeza se dice que está en la confluencia de las avenidas Rondó, y León y Valencia. La quinta, la han visto por detrás del cementerio municipal. La sexta habita, según cuenta la tradición, en la vía que une los barrios Meridiano 70 y San Carlos. 
El sitio donde se encuentra la séptima cabeza es un verdadero misterio, unos dicen que en el barrio el Zamuro y otros aseguran que en las chorreras, aproximadamente 100 metros antes de llegar al Pedro Nel Jiménez, que es uno de los barrios periféricos de esta hermosa ciudad.
El enorme cuerpo de este reptil se extiende por toda la avenida principal y la punta de su cola se encuentra justamente en el altar de la Iglesia Santa Bárbara. Se dice que si continúa la contaminación de la laguna, si se devasta progresivamente el ecosistema y se destruye finalmente su hábitat, la serpiente buscará ponerse a salvo cambiando de posición. En ese preciso momento se hundirá, irremediablemente, la Iglesia Santa Bárbara de Arauca y toda la avenida principal.

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